La violencia está entre nosotros día a día. Basta con caminar por la calle o prender el televisor para ver que tan violenta está nuestra sociedad hoy por hoy. Vivimos en una época de mucha tensión, tal vez ese sea el por qué de la violencia a la que, últimamente, se recurre con más frecuencia que a la palabra misma. Hoy, con una simple mirada alcanza para que todo empiece. En efecto, detrás de la mirada, el golpe, sin aviso. En ese punto nos preguntamos “¿Qué nos pasa?”.
Una posible respuesta sería que: nosotros, los jóvenes en la actualidad recurrimos a la violencia como “terapia” para descargarnos de los problemas que nos acechan, ya sean familiares, económicos..
En cuanto a la violencia familiar los motivos son diferentes. Tal vez el stress sea un factor que influye en estos casos, pero es más bien una cuestión de personalidad y actitud, depende del tipo de persona y de su temperamento la manera en la que pueda reaccionar en estos casos. En fin, lo grave es que como quiera que sea convivimos con la violencia todos los días (principalmente los jóvenes) y está en nosotros intentar combatirla.
Claro que cuando se habla de violencia uno en seguida piensa en un ojo morado pero no debemos olvidarnos que también existe la “violencia verbal” que a veces puede llegar a doler más que cualquier golpe. Hay palabras que hieren y mucho. Todo esto nos lleva a una reflexión: Lo mejor es sentarse y hablar, ya se sabe, “hablando la gente se entiende” Tal vez la solución está en la palabra misma, sólo hay que saber cómo utilizarla…
Una posible respuesta sería que: nosotros, los jóvenes en la actualidad recurrimos a la violencia como “terapia” para descargarnos de los problemas que nos acechan, ya sean familiares, económicos..
En cuanto a la violencia familiar los motivos son diferentes. Tal vez el stress sea un factor que influye en estos casos, pero es más bien una cuestión de personalidad y actitud, depende del tipo de persona y de su temperamento la manera en la que pueda reaccionar en estos casos. En fin, lo grave es que como quiera que sea convivimos con la violencia todos los días (principalmente los jóvenes) y está en nosotros intentar combatirla.
Claro que cuando se habla de violencia uno en seguida piensa en un ojo morado pero no debemos olvidarnos que también existe la “violencia verbal” que a veces puede llegar a doler más que cualquier golpe. Hay palabras que hieren y mucho. Todo esto nos lleva a una reflexión: Lo mejor es sentarse y hablar, ya se sabe, “hablando la gente se entiende” Tal vez la solución está en la palabra misma, sólo hay que saber cómo utilizarla…
Rodrigo Gonzalez
4to 3ra
4to 3ra
No hay comentarios:
Publicar un comentario